¿Qué debilidades y amenazas tiene nuestro comercio sanlorentino? ¿Las fortalezas que tiene son suficientes? ¿Hay alguna oportunidad en el horizonte que permita ser optimistas y que frene la progresiva “desertización comercial”? En este artículo se intenta dar alguna respuesta a estas preguntas buscando las claves de la necesaria revitalización comercial de San Lorenzo.
En el artículo anterior «¿Quién da la vez?», traté de transmitir una mirada nostálgica a la tienda de barrio de antes, al comerciante de entonces, a la forma artesana y tradicional de vender…y de comprar. Al comercio de barrio, de proximidad, el tradicional, el minorista, el pequeño…
Comerciante frente a empresario, artesanía frente a industria, tradición frente a modernidad… ¿son términos enfrentados en el arte de la venta y de la compra?
¿Y el empresario industrial moderno ha perdido ese arte de la venta? ¿Ya no quedan comerciantes artesanos tradicionales?
Locales vacíos, cierres echados, escaparates opacos; lineales grises, fachadas sin vida, tramos de calles frías… ¿Nos suena? Desgraciadamente, sí.
¿Qué está pasando con nuestro comercio? Nada especial,…somos uno más de los miles de ejemplos que, entre todos, hemos permitido que existan. Y hay para todos…
El comercio, de forma general, gira en torno a tres grandes formas de comprar y vender: la tienda tradicional, la gran superficie y el e-commerce…y alguno de los tres, a veces, mezclados entre sí. Pero el comercio del que hablamos es “el de la calle”, “el del saludo”, “el de los sentidos”, “el del sentimiento”… ¿A que Uds. me entienden?
Hablamos del comercio que genera empleo, que vertebra un barrio, que genera relaciones sociales, que mantiene tradiciones e identidades culturales e históricas, que es sostenible… ¿o ya no? Existe en la UE, desde hace tiempo, una tendencia a mantener la tan manida vertebración de la ciudad, a conservar esas señas de identidad tradicionales heredadas, a perpetuar la vocación empresarial con el autoempleo como primer paso. Algo que también en Estados Unidos, templo del “mall” y cuna del centro comercial, llevan tiempo intentando reconducir, en evitación de las “Donut cities”, de centro vacío y entorno lleno… ¡y buscan calles con tiendas!. Qué cosas…
En España, el comercio minorista representa el 5,0% del PIB nacional y las empresas dedicadas al comercio suponen el 14% de la actividad económica empresarial del país, siendo la mayoría (micro)empresas sin asalariados o con un máximo de 9 trabajadores…
San Lorenzo no es muy distinto, concentrando los sectores de hostelería, alojamientos, viajes y tiendas de comercio minorista (retail) la mayor oferta de venta de productos o prestación de servicios. Nuestra localidad se encuentra en una llamada “vertebración comercial urbana dual” que, dicho de otra forma, condensa su actividad comercial en dos zonas muy destacadas: el casco histórico y la zona de El Zaburdón; poco más. El resto languidece…
En las conclusiones obtenidas por la empresa MERCASA, en último estudio realizado en 2016 con motivo del análisis de viabilidad para la revitalización de nuestro Mercado Municipal de San Lorenzo, los datos comerciales DAFO de nuestro pueblo arrojaban, entre otros, una realidad cruda pero, al fin y al cabo, cierta:
- Debilidades:
- Excesiva dependencia de la hostelería y del turismo.
- La cercanía a Madrid evitaba las pernoctaciones y la evasión de parte del gasto a la capital.
- Excesivamente lenta reconversión comercial y turística.
- Amenazas:
- La oferta y la competencia de localidades cercanas.
- Poca oferta laboral para los jóvenes.
- Desarrollo urbano no sostenible.
- Fortalezas:
- Excelentes comunicaciones con Madrid y con las provincias limítrofes.
- Patrimonio histórico, cultural y natural.
- Oportunidades:
- Bien de Interés Cultural como Territorio Histórico + PORN Sierra de Guadarrama + adaptación del PGOU a la Ley de Patrimonio Histórico 2013
- Dualidad urbana y rural
Siendo, con toda seguridad, un estudio altamente aprovechable para lo que nos ocupa, creo que hay que enfatizar tres aspectos fundamentales: la DEBILIDAD de la excesivamente lenta reconversión comercial y turística, la AMENAZA del desarrollo urbano no sostenible y la FORTALEZA del patrimonio histórico, cultural y natural. Tres pilares para trabajar, tres ejes sobre los que ponernos manos a la obra…
La reconversión, modernización, transformación o adaptación, son términos que implican necesariamente un cambio, pero que también implican “acción”, “responsabilidad” y “conocimiento” o, dicho de otra forma, voluntad, compromiso y formación. Y, sin lugar a dudas, esta debilidad produce que, el paso del tiempo, la desidia, la autocomplacencia y la falta de autocrítica agrave día a día el estado de nuestro Comercio, con mayúscula.
Es difícil entender que a iniciativas formativas actuales (y anteriores) de nuestro Ayuntamiento y nuestra Comunidad de Madrid acudan tan escasa representación de empresarios y comerciantes locales. Es imposible de creer cómo, en un municipio tan “universal” como el nuestro, no ha habido en tantísimos años atrás un solo técnico municipal especializado en Turismo. Y es increíble que la mayoría de los empresarios locales no se hayan unido en una asociación empresarial fuerte, con poder de negociación e interlocución institucional.
Ya ha quedado demostrado la barbaridad de desarrollo urbano habido en los últimos años, no sólo en el sector residencial, sino en el comercial también… La proliferación incontrolada de medianas superficies no ha ayudado al pequeño comercio, no ha contribuido a “hacer ciudad”,…sino todo lo contrario: esa anterior “vertebración comercial urbana dual” se ha conseguido así, dejando áreas comerciales vacías, promoviendo el lema norteamericano de “no parking, no business”… Ahora sí hay “business” para las medianas superficies… ¿porque tienen aparcamiento?
Como bien señalaba el economista y profesor Agustín Rovira en 2016, en su artículo “El comercio nuestro de cada día: un sector estratégico que hace ciudad”:
«… la vanidad de arquitectos, urbanistas y planificadores, los intereses de promotores y constructores y la complicidad de los políticos, ha generado un urbanismo duro, de artefactos, iconos y ocurrencias, una arquitectura llamativa y descontextualizada, no integrada en el entorno. Y lo que necesitamos es justamente lo contrario: un urbanismo a escala humana que ponga en valor la convivencia, la creación de comunidades urbanas, que potencie el “habitar” como un combinación de usos y no una segregación de los mismos, además de la calidad de las intervenciones junto a la normalidad de las cosas sencillas, que no de la trivialidad. El urbanismo debe ser una práctica inter y multidisciplinar, además de un proceso participativo y un generador de iniciativas económicas que ponga en valor la ciudad construida…»
No puedo estar más de acuerdo. Y continúa manteniendo que:
«…el urbanismo comercial, nos enseña que necesitamos tratar las zonas urbanas donde hay aún un mínimo tejido comercial diverso, denso y atractivo como un valor a preservar, regenerar y cuidar, con un tratamiento integral de la movilidad, la accesibilidad, del diseño urbano, los servicios públicos y privados que doten a estas zonas de personalidad, identidad y atractivos. En estos entornos el pequeño comercio germina y emerge creando negocios innovadores, sostenibles, e integrados en el entorno urbano.»
De acuerdo al 100%.
Peatonalización zonal, aparcamientos disuasorios, centros comerciales abiertos en las calles, transporte público más frecuente, ayuda e intermediación municipal para el alquiler y ocupación de locales vacíos,… propuestas interesantes pero a largo plazo.
Ayudemos todos (políticos, empresarios, profesionales, vecinos,…), cada uno en su responsabilidad, a que comerciantes y empresas del comercio adopten formatos que se integren en el entorno urbano y que el comercio local tenga un espacio para su desarrollo en los centros urbanos y en los barrios, en áreas urbanas sensatas, amables, acogedoras, accesibles, cómodas y bellas, evitando esta incipiente “desertización comercial” de nuestro maravilloso pueblo.
Que nuestra riqueza cultural (musical, arquitectónica, etc.), histórica (qué decir…), natural (no todo es el Monasterio), gastronómica,… sea motor de una revitalización comercial de nuestro San Lorenzo exenta de una vez oportunismo político, protagonizada también por los verdaderos ciudadanos empresarios y comerciantes, por profesionales del sector y por asociaciones unidas, comprometidas y proactivas.
Que la reinvención, la diferenciación, la singularidad, la amabilidad, la osadía y la formación empiecen a ser señas de identidad de nuestro comercio sanlorentino…; que el cliente venga a comprar para vivir una “experiencia” comercial, dejándose llevar por los sentidos en nuestro incomparable marco.
Yo le pediría a la gente que cierre los ojos y que imagine cómo sería nuestro pueblo sin saludos, sin tiendas ni locales, con los escaparates tapiados, a oscuras. Sin luces, sin vida…
Totalmente de acuerdo con el artículo. Pero creo que uno de los muchos problemas que tenemos es no tener un minuto para pensar que es lo que queremos y posteriormente planificado para ejecutarlo. Pero cuidado con los iluminados, los buenistas y los que sólo ellos tienen la razón. Desgraciadamente es muy difícil trabajar para todos
Gracias, Pepe bes, por tu comentario. Efectivamente, hay que dedicar tiempo a que el llamado «comercio minorista», o «comercio de proximidad» o «comercio de barrio»…etc, sea el llamado «eje vertebrador» de las ciudades… Es por esto por lo que es muy importante el proceso ESCUCHAR -> ANALIZAR -> PONER EN PRÁCTICA -> CREAR UN ORGANISMO PLURAL DE SEGUIMIENTO.
Tal y como explicábamos en los últimos párrafos, el diálogo, el consenso y la responsabilidad empresarial son elementos indispensables para revitalizar nuestro comercio; conocer la normativa (¡y cumplirla!) y, si hay que adaptarla, hacerlo; y respeto mutuo entre todos los agentes sociales a los que les pudiera afectar la actividad comercial…
En suma, trabajo en equipo. ¡Tan difícil pero tan eficaz, si se hace bien!