A menos de un año de las próximas elecciones municipales, el PP hace el anuncio de un posible cambio en la forma de elegir al alcalde, en lugar de ser elegido por los concejales, como se hace ahora, sería el cabeza de lista de la candidatura más votada.
En principio puede parecer lo lógico, el más votado es el alcalde, pero ¿a qué se debe este cambio? y ¿por qué ahora?
La respuesta a ambas preguntas es la misma, el retroceso en el número de votos en las pasadas elecciones europeas.
Como las dos principales fuerzas políticas nacionales ven nubarrones tras los resultados obtenidas en las elecciones europeas de 2014, ahora el PP pretende hacer una reforma que le permita mantener su peso político y trata de vender la burra al PSOE con un supuesto beneficio mutuo.
Como siempre que lanzan noticias realmente importantes, dicen poco y dejan mucho por informar; por lo que han dicho se puede adivinar, que si llevan a cabo la reforma, en las próximas elecciones las cosas quedarían así:
La lista que obtenga un porcentaje determinado de los votos totales (se habla del 40%) y que obtuviera una diferencia respecto del segundo clasificado de entre un 5 y un 7% tendría la alcaldía directamente.
En aquellos casos que no se cumplieran esos dos requisitos, la cuestión ya no queda tan clara. Dentro del propio PP dan distintas opciones, mientras unos son favorables a la celebración de una segunda vuelta entre los dos más votados ; otros opinan que es mejor la aplicación automática de lo que llaman la «prima de la mayoría», siendo alcalde el candidato de la lista más votada independientemente de la diferencia de votos entre la primera y la segunda lista.
Con independencia de que haya discusión en cuanto a los porcentajes y distancias aplicables lo que de facto están llevando a cabo es un intento de mantener el control electoral del mayor número de municipios posibles y de sus más de 25000 concejales electos (del PP).
En el caso de San Lorenzo, comentar que en las pasadas elecciones locales de 2011 (según datos del Ministerio del Interior), el PP sacó 4.008 votos (el 49 % de los votos), el PSOE 2.006 votos (24%) e IU-LV 1.025 votos (el 11%).
Sin embargo en las Europeas de 2014, el PP sólo obtuvo 1.846 votos (32%), el PSOE 871 votos (15%) y tercera opción más votada fue Podemos con 646 votos (11%).
Temiendo que esta tendencia a la baja continúe en las próximas elecciones municipales, el PP propone cambiar el modo de la elección de alcalde, para evitar que posibles uniones entre el resto de los partidos políticos, les haga perder alcaldías.
Con este cambio que proponen, si hacemos una simulación como si los resultados de las elecciones europeas fueran los de las próximas municipales, al ser el partido más votado el PP tendría la alcaldía (aunque no llega al 40% de los votos).
Sin embargo, sólo sacaría 8 concejales, mientras que los otros 9 concejales quedarían repartidos entre PSOE (4 concejales ) y Podemos, UPyD, e IU-LV con 2 concejales cada uno.
Esto es sólo una simulación pero es un claro ejemplo de lo que quiere conseguir el PP; con la Ley actual sería un caso en el que el PP lo tendría muy difícil para mantener la alcaldía y, sin embargo, con los cambios que proponen la tendrían.
Eso sí, con este cambio conseguirían alcaldes, pero aún así, lamentamos decirles que esto les llevaría a tener que hacer política de verdad, a ejercer la democracia, a negociar, a colaborar entre los distintos partidos, a escuchar opiniones distintas de la suya, incluso a ceder en determinadas ocasiones.
Y, desde luego, podemos asegurar que nuestro alcalde no está acostumbrado a esto.
Parece que al PP las reglas son las que son mientras les valen a ellos, y cuando no, pues las cambian y con llamar poco demócratas a los que les critican, está solucionado.
El PP tiene miedo a perder votos, pero a lo que tiene que tener miedo es A LA DEMOCRACIA.